miércoles, 16 de enero de 2008

¿Cervecita dónde estás?

De pequeño, cuando te tomabas tus primeros tragos, los que mayormente terminaban en bomba, se formaban a base de ron con Coca-Cola. Más adelante, cuando te daban más propina, alcanzaba para comprarte una jonca de chela entre tus patas. Después la convertiste en la preferida de todos los fines de semana (y si se puede, de los siete días). La tomas en la intimidad, viendo tele. La disfrutas en los almuerzos. La gozas en las cenas. Te empila antes de entrar a la discoteca. Y finalmente, te ayuda a conocer a alguien en una discoteca o bar. Está en toda nuestra vida. Sin embargo, últimamente están apareciendo en el mercado local, junto con los ya consumidos, muchos tragos con nombres extravagantes o hasta ridículos. Los preferidos son los Apple martini, Pisco sour, Maracuya sour, martini de Lay chi (¿o laychini?), vodka con naranja o con agua tónica, whisky y muchos tragos que terminan con "ini" (que para muchos son mariconada). Todo lo nombrado anteriormente es el repertorio que está permitido servir en la barra. Nada de chela, ni mucho menos el tan olvidado ron. Sin embargo, si es que hubiera chela, los invitados, ni miran su espuma ni mucho menos sienten el tan nombrado lúpulo. Desprecio total. Te vi y no me acuerdo. (¡¿Qué te vas a acordar si borraste cassette mil veces con ella?!).

¿Qué ocurre cuando se desata esta insolencia?

Caso 1:
Apple Martini y todos los ini
Tiene el color del pinesol de limón y últimamente se ha convertido en el trago más popular en las reuniones "especiales" o discotecas A-1. ¿Qué es? Simplemente, vodka con un licor de manzana. Lo llaman Apple Martini y los más maricones Appletini. Muchos lo comparan con el efecto embriagador del Pisco sour. Es dulce. Es rico. Pasa suavecito (todas características de los famosos "ini"). Y la manzana que le ponen es riquísima. Cómela. Parece que chupa todo el alcohol. Dicen las borrachitas cuando el licor se empieza a apoderar de sus cuerpos, mentes, piernas, ojos, manos, orejas. Se caen, hablan sandeces. Bailan la culebrítica hasta abajo hasta romper el vestido. Gritan. Se alteran. Los últimos sorbos los dan sus cachetes y las espaldas de las otras personas. Después empiezan a exigirle al barman que le lleve al chico que les gusta y terminan la noche dejando todos sus miedos y cena sobre las ya impecables calles de la ciudad.

Caso 2:
Whisky en las rocas, con red bull
Cuando eras niño, querías ser grande. Quizás jugabas a serlo, pero había algo que faltaba. Chequeabas a tus viejos, tíos y primos mayores tomando algo marrón en un vaso con mucho hielo. Eso era. Whisky. El trago de los "grandes". Una vez que lo conociste, te enamoraste. Más por lo que significa que por su sabor mismo. (A mí no me parece muy agradable y cuando me la pego con ese trago, mi cara está hinchada (más) al día siguiente. Es el único trago al que soy alérgico). Los "whiskeros" dicen que te da buena buena borrachera, sin embargo, cada vaso que pasa, las muecas van cambiando. Al inicio, mucho hielo y poco alcohol. Al final, puro alcohol y nada de hielo.

Caso 3:
Vodka con todas sus variedades
Este trago no tiene sabor. Para mí, un buen trago, debe saber a algo. Este adopta el sabor del líquido con el que lo estás acompañando. Si es naranja, naranja. Agua tónica, agua tónica. ¿Entonces, cuál es el chiste? ¿Tomarte un jugo de naranja que te emborrache? Los que no saben tomar (la mayoría) se la pegan mal. No sienten el alcohol, todo pasa suave, al igual que los "inis". Digamos que es el trago preferido de las chicas. Ron, es muy chusco. Chela, engorda. Whisky, muy fuerte. Nada se compara a este trago transparentoso y engaña muchachos y muchachas.

Caso 4:
Pisco sour y todos los sour
El pisco es uno de mis preferidos. En sour también es bueno. Sin embargo, cualquier ser normal, después del cuarto o quinto (por supuesto bien servidos), puede terminar directo en la cama (o al baño, lo que llegue primero). Felizmente, las personas ya saben de su poder tumbador y lo toman con cuidado. Pero lo que no entiendo son todas las variedades. Coca, maracuyá, mango, hasta plátano sour, te pueden preparar. Todo con harto dulce. El Coca sour es insípido. Los demás, dulces como miel (Borracho que come miel, pobre de él). Lo bueno que las personas que terminan ebrias debido a esta pócima de la eterna borrachera, borran cassette, se mean en los pantalones (los que logran controlar más sus esfínteres), le gritan a los meseros, derraman los vasos (estaría bien si solo fuera el suyo) y terminan diciendo que quieren a todas las personas para después gritarle a todo el mundo. No hay control.

Todo esto pasa porque la dejaron, porque no le dieron bola y porque intentaron dejarla. Así sea por un fin de semana, a la cerveza no se le puede hacer eso. Se debe libar siempre. Qué rica es. Así que ya saben, los insolentes hipócritas con la madre lúpulo, pagan la consecuencias de sus actos vanales y carnales.


No hay comentarios: