viernes, 21 de diciembre de 2007

Chinos de mela


Supongo que muchos de ustedes se estarán preguntando por los chinos. Tan raros ellos (¡¿Qué jodidos, no?!). Bueno, después de 25 años y algunos meses consecutivos de trabajo de campo, he llegado a algunas conclusiones sobre estos personajes que llegaron al Perú a engordarnos con su comida y, por qué no, cagarnos de risa.

¿Porque un chino no puede ser presidente del Perú?
Porque un japonés nos atrasó. La cagó y todos los rasgados pagamos pato. Para colmo, tenía su baile. "El baile del chino" (Es un pendejo. Ni chino, ni peruano, ni japonés).

¿Por qué no tienen pelo?
Porque no es estético. No nos gusta oler mal. Nuestra piel es fina y por eso tenemos que mostrarla. Con mucho pelo, eso sería imposible. Hay que enseñar lo bueno. Y para eso estamos.

¿Por qué envejecen tan lento?
Porque es así. La verdadera belleza tiene que perdurar para siempre. Y Dios y la naturaleza son sabios.

¿Por qué no tienen tanto jale?
Porque todos nos envidian. En especial las mujeres, ya que los chinos no se tienen que depilar.

¿Por qué bailan feo?
¿Para qué? Lo importante es reírse un poco. Pasarla bien. Yo pregunto, ¿acaso se ve bien cuando un patín coge de la cintura y mueve como trompo a su pareja cuando están en una pequeña reunión de 20 personas? Imagínese. No pone. Mejor baila gracioso y ríete.

¿Por qué tienen los ojos rasgados?
Vemos el mundo desde otra perspectiva. No somos cuadriculados en nuestra forma de ver la vida. Podemos encontrarle ángulos que otros no pueden visualizar. Lateralmente, también vemos mejor. Así que si estás al lado de un chino, no intentes hacer nada (bueno, si te lo permite, métele la mano).

¿Por qué sirven tanta comida en los chifas?
Porque nuestra principal virtud es la generosidad.

¿Por qué les gusta tanto los juegos de azar?
Porque son tarados y les gusta tirar su plata al caño (felizmente, este chino es pobre y a las justas juega Monopolio).

¿Por qué fuman tanto?
Porque está comprobado genéticamente que no podemos sufrir cáncer de pulmón. Pero sí de esófago, de laringe y puede tener miles de complicaciones más. Pero de pulmón, no. Por eso siguen fumando.

¿Por qué les gustan las drogas?
No les gustan. Solo las consumen (Por si acaso, yo nunca he probado esas cosas del mal, solo las del bien).

¿Por qué un chino escribe tantas tonterías en un blog?
Porque… (silencio, ni él lo sabe…).

¿Por qué tiene un blog?
Porque no tiene nada más qué hacer en su casa (y además, es gratis).

ANUNCIO:
Me voy a Máncora por Año nuevo (25 de diciembre al 3 de enero). Quienes quieran saber cómo me estará yendo por allá y no quieran llamarme ni para desearme feliz año (como creo que muchos no harán), sigan atentos a mi blog, que iré publicando mis últimas aventuras por el norte (normalmente, no pasa nada. Y si no pasa nada, se inventa. No hay problema). ¡Gracias inconclusas!

jueves, 20 de diciembre de 2007

Ellas también tienen que empujar...


Ella nunca te va a llamar primero…
Ella nunca será la primera que te hable en el msn…
Ella nunca dará los primeros pasos…
Ella nunca, si está interesada, va a mostrar ese interés…


Toda la vida, desde que usabas esos pañales de tela, te dijeron que estabas rica. Que todo te quedaba bien. Que tu sonrisa era casi perfecta. Cada año que pasaste en tu pubertad, te llenaron la cabeza de ideas. Eres una lady. A los hombres hay que tratarlos con la punta del zapato. Que sea él quien te busque. Que sea él quien te llame. Tú nunca muestres interés por más que te guste. Tú nada. Es más, tantea otros chicos. Plata, carro, negocios, apellido, círculo social. Estupideces, sandeces, cojudeces.

En realidad, esto es un consejo para esos hombres que andan detrás de una chica y creen todo lo que les dicen. Me da pena ver situaciones inmanejables que hacen sufrir a esos seres, que en estas ocasiones son más pequeños. No esperen. Vayan por ahí. Hagan sus cosas. No dejen de hacer nada por otra persona. Nunca. Si ella no llama, no llama y no llamará. Si no responde el mensaje, no responderá nunca. Has tu vida, y ya conocerás a una chica con la que exista el feedback y no seas el único que pone el hombro. La cuenta se paga a medias, no solo uno tiene que abrir la billetera o la cartera.

Para las mujeres. ¿Por qué no lo llamas? ¿Por qué no le hablas en el msn? ¿Por qué no respondes sus mensajes? ¿Por qué no muestras interés? El coqueteo, usado normalmente por las mujeres, me parece que no tiene razón de ser. ¿Cómo coquetean? Te la ponen y se van. Se alejan y se hacen extrañar. Una indicación: no se hacen extrañar, sino odiar. A nadie le gusta estar esperando. Y menos en estos tiempos donde todo es tan rápido. Las que creen que el hombre que está ahí como lapa es el que vale más, están equivocadas. El que está como lapa, es el inseguro, el jodido, el huevón. Póngase exquisita, se lo merece. Pero también, ese pobre chico, el que ha incentivado estas líneas, tiene algún mérito.

… Son las 3 de la tarde, ves pasar la "S" cada 2 minutos por Pardo y tú sigues viendo en cuál te trepas. A algunos les das la espalda y a otros ni les tomaste la placa. Y a ninguno te subiste. Llegarán las 12 de la noche y no pasará ninguno más. Será tarde. No se pasó el tren, sino la combi (asesina)…

miércoles, 19 de diciembre de 2007

El rico msn

Reconozco que fui adicto a ti…
Ocho o diez horas consecutivas tocándote diariamente…
En especial en vacaciones…
Te usaba a ti y a todas las que están junto a ti...
Por lo menos 6 veces a la semana…
Y siempre hasta altas horas de la madrugada…
Hoy, después de miles de horas frente a ti, ya me aburriste…
Sin embargo, no me moví, sigo aquí…

Recuerdo 1998. Nunca había sido adicto a la computadora. Me había traumado con los comandos del logo y otros programas inservibles que tenía que meterlo en un diskette grandazo, cuadrado y feo; además, débil. Cada dos días tenía que comprarme uno nuevo. Siempre la cagaba. Sin embargo, no recuerdo cómo, llegó una computadora a casa. Con Internet incluido. Era una moderna Pentium I. De última generación. Con lo que pagamos por esa máquina, hoy tendríamos un avión. Era linda. Toda blanca (después de 8 años ininterrumpidos de maltrato, quedaría blanco-humo). Y el primer programa que me obligaron a bajar fue uno para chatear: ICQ. Entra a la página de Mirabilis y dale click a todo lo que puedas. Esas fueron las rústicas indicaciones que me dieron en el club a donde iba a pasar mi tiempo jugando tenis. Hazlo y nos encontramos a las 10:30 de la noche. Completaron la frase. No puedo negar que en ese momento me sentí confundido.

Llegué a mi casa después de comerme un par de butifarras (mis preferidas), un Gatorade y un Snickers (Durante cuatro años de mi vida ese fue mi combo nocturno). Subí las escaleras; empujé, delicadamente, a mi perrita; tiré mi maletín, lleno de arcilla, en la sala; y ya estaba instantáneamente sentado frente a mi juguete nuevo.

(http://www.mirabilis.com/) (Carajo... ¿cómo es esto?) Miles de entradas y letras y números que no entendía. (Hazle click y acepta todo... me habían dicho). Encontré ICQ y le di a todo lo que encontré. Hasta a los virus (semanas después me di cuenta que esa había sido la razón de tantos desórdenes cibernéticos). Lo bajé. El ICQ es mío. Gané. [DURANTE LOS SIGUIENTES 14 MESES ESE FUE MI FUENTE DE DIVERSIÓN].

Más adelante, llegó un día en el que me presentaron al msn. Tenía que hacerme una cuenta en hotmail. No sabía de qué se trataba. No me gustaba. Lo rechacé tajantemente. Pero cedí ante tanta presión. Fui social y electrónicamente débil. Primero tu nombre, después tu apellido... país... correo (Uy, mi opción está ocupada. A ver... Ya! La primera de las opciones. Total, nunca lo voy a usar. Ahora todo el mundo me pregunta el porqué de mi mail. No tiene una razón lógica).

Así seguí usando mi clásico ICQ y paralelamente el jovenzuelo msn. Hasta que un día, sin darme cuenta, recontra distraído, dejé de activarme en el ICQ (Más adelante me enteraría que ICQ, sí, el de la flor de colores, murió. No llegó a gozar de estas nuevas oportunidades que te ofrece la red. Un minuto de silencio...). No lo vi más. Ni de casualidad. El msn se apoderó de mi, así como con millones de personas en todo el mundo. Quedé hipnotizado. Totalmente. Ocho horas al día. Desde que me levantaba hasta que me dormía. Mientras comía (gracias a la opción "Salí a comer"). Mientras que iba al baño (gracias "Vuelvo enseguida"). Mientras no quería hablar con nadie (gracias "No conectado"). Mientras hablaba por teléfono (gracias "Al teléfono"). Mientras salía a fumarme un pucho (gracias "Ausente"). Mientras trabajaba y no quería que salten las ventanas (gracias "No disponible").

Sí. El msn nos alegró la vida. Nos dio tardes más entretenidas. Nos dio velocidad en la comunicación. Nos dio poder concretar una reunión o una salida sin necesidad de levantarnos de la cama. Nos dio poder gilear sin que la otra persona te mire. Nos dio poder decir lo que sentimos. Nos dio poder hacer un trabajo jodido y relajarnos un rato. Nos dio mucha flojera también. Ahora la gente ya no sale a caminar. No aprovecha los espacios que tiene Lima para disfrutar de la tarde. Todo se hace desde la computadora. Ya nadie se levanta.

Date una vuelta. No hay nada mejor que conversar contigo y mirarte a la cara.

P.D.: ICQ discúlpame. Nunca te olvidaré.

martes, 18 de diciembre de 2007

¿Y ese lindo gatito?



Últimamente todos quieren todo y buscan algo. Si Renato busca novia, yo solo un perro. O mejor aún, un gato. Si me quieren regalar algo por Navidad, un gato me caería muy bien.


Aspectos que me motivan a tener gato:

Quiero un compañero que me haga reír.
Que me escuche y que con su silencio lo diga todo.
Que me preocupe por él.
Darle cariño cuando tenga frío.
Llevarlo a bañar.
Caminar por el malecón con él. Que me mire y juegue como loco.
Que me espere en la casa, aunque sea solo por su comida.
Que me vea atento, sobre su caja de arena, mientras yo escribo.

Aspectos que me motivan a no tener gato:

Al mínimo descuido, se quita.
No paro mucho tiempo en casa.
No tengo plata como para mantenerlo (aunque me las arreglaría).
Nunca he tenido uno.
No quiero que me malogre las pocas pertenencias que tengo.

Al leer esto, puedes creer que lo que necesito es una mujer. Pero no. Quiero un gato. Y uno inteligente, como yo. ¿Debería tenerlo?

Palabras sabias: Ryszard Kapuscinski



No es necesario conocerlo tanto para apreciarlo...
Bastan cinco minutos...
Escúchalo...
Es un ser humano... un maestro... definitivamente...

El otro mundo

Existen los que viven para el fútbol.
¿De qué hablan? De todo y de nada.

¿A quién le interesa ver más fútbol de lo que ya existe? (Me encanta este deporte, pero los excesos hacen daño) Lo peor de todo es que nos harían un bien si solo escribieran de fútbol. Hablan de eso. Chatean hasta altas horas de la madrugada discutiendo sobre Farfán y Acasiete. Tienen la foto de Pizarro como imagen del msn o, en el peor de los casos, una pelota (mejor pongan al pato). Su nick es: "Odio a la selección". Pero esa nadie se las cree.

Se pelean con sus enamoradas porque no se quieren poner la camiseta de su equipo. Se ponen de mal humor cuando no ven a Alianza. Lloran cuando la Selección pierde. Se la chupan toda la chela cuando ganan. Regresan puteando a todos cuando pierden una pichanga. Después de la pichanga, se van a una reunión para seguir hablando de las ‘huachitas’ que le hicieron al gordo Juan (por algo es gordo) o las fallas del ciego de Pablo (lamentablemente es arquero). Se memorizan todo el partido. Cantan en la ducha barras de Sporting Cristal (y eso que casi se va a la segunda). Tienen colgado en su carro un adorno de la ‘U’. Dejan de hacer su vida normal, por un sentimiento que no les retribuye nada bueno. Por lo menos en el Perú, es como hablar de la deuda externa. Es una pena que vamos a tener que pagar por siempre.
¿Eso es sano?

Me gustaría poder ver a mis amigos y hablar de todo, no solo de fútbol…
Me encanta hablar (y lo prefiero siempre) con mujeres porque les interesa un rábano Andrés Mendoza…
Odio ir a comer y tener enfrente una tele con el cacharro de ‘Cachete’ Zúñiga…
Me dan pena los que después de una derrota tienen que caminar desde el Monumental hasta la avenida La Molina por una combi que estará llena…
Me alegra que Bayly haya destrozado a esos traviesos (por no decir una grosería) y seguiré aplaudiendo si lo sigue haciendo…

No voy a llegar a una conclusión ni nada porque lo seguirán haciendo. En el mundo hay otros temas. Y se los están perdiendo…

¿Y en dónde se quedó el perrito?


Una crónica alegre de una carrera de polos amarillos...

Empecé corriendo...
Continué haciéndolo...
Fue hace un año...
Y terminé llorando...

Al final de la carrera me sentí bien con aquello de "lo importante es llegar" en la competencia que miles de personas corrieron en simultáneo en las principales capitales de América, y sí, llegué, unos 20 minutos después del primero -al que ni le vi la espalda-, pero lo hice. Llegué bien temprano al estadio municipal de Miraflores, el punto de partida. Eran las ocho. Centenas de personas calentando, estirando, hasta en plena sesión con kinesiólogos. Estaban los Perú Runners e infinidad de grupos que se preparaban con total seriedad para la competencia. En medio de la multitud estábamos César Omar, un amigo mexicano, y yo. No estirábamos ni nada, solo conversábamos. Sabiamente le dije: "Yo te sigo el paso".

Km 1
Comencé muy bien. Delante tenía a cientos de personas, pero no había problema, pues todo estaba cronometrado gracias a un chip que todos llevábamos en las zapatillas. Tecnología de punta que traía Perú Runners para la carrera Nike 10K. Primera vez que se veía en el Perú. César, al lado mío, marcaba el paso. Un detalle: me prometió ir despacio, pero cada cuadra que pasaba yo sentía que aceleraba.


Km 2
Lo primero que hice en esta etapa fue pasar a la bella Maju. La ex Miss Mundo estuvo unos segundos al lado mío. Qué felicidad. Éxtasis tremendo. Debo reconocer que me quise quedar más tiempo a su lado, momentos como ese no pasan todos los días. Pero ella a las justas me miró y César ya quería ir más rápido. Obediente, me alejé de ella, pero algún día regresaré, te lo prometo.


Km 3
Había agarrado ritmo. Mi respiración era constante e iba mejorando. Cada vez me iba sintiendo mejor. En el malecón, decenas de personas alentaban a los atletas (qué orgullo, me sentí uno de ellos). Pasaba a niños, señoras, ancianos, jóvenes, nadie se salvaba de mi fuerza, potencia y velocidad. George Forsyth, el arquero de Alianza, me pasó. Él andaba tranquilo.

Km 4
Mis fuerzas iban decayendo. Me dolían los brazos pero sentía que podía seguir. Cuando me di cuenta, César, mi amigo, me dejó. Le perdí el rastro. ¿Dónde estará? "¡César! ¿César? ¿Cesitar?" (me dejó), grité con una bocanada de aire que tomé en ese momento. Error fatal. Lo mejor era dejarlo ir. No podía gastar nada de aire ("este mexicano rechu...", pensé).
Opté por seguir a mi ritmo. Las batucadas y las comparsas que marcaban cada kilómetro (qué buena idea fue esa) me alentaban a continuar.

Km 5
Las casetas rehidratantes empezaban a verse y una tras otra se me hacían más necesarias. Aunque en vez de tomarlas se me chorreaban en la cara. Primero Apple Ice, a continuación Limon Ice, y a continuación, casi en simultáneo, Mandarina y Limón. Así no era divertido. Algo entraba en mi boca y seguía. La consigna: no parar. Por acá, pasé a la 'señito'. Gisela estaba tomando agua y la pasé. Me sentí privilegiado, dentro de toda la gente que pasé, lo hice sobre dos de las mujeres más codiciadas del país. Y recién iba por la mitad (pero yo sentía que faltaba mucho más).


Km 6
Más personas aplaudían pero no era a mí. A este humilde servidor muchos lo empezaron a pasar. Sentí que todo me pesaba un poco más. Pero avanzaba. No paré en ningún momento. Traté de animarme con los grupos de música que estaban repartidos en el camino regalando adrenalina a cada metro miraflorino. En algunos metros lo hice, mientras que en otros, prefería ni verlos.


Km 7
En este momento, me comencé a sentir mejor. A trotar con más ritmo y a tomar los rehidratantes con más frecuencia (ya no se me chorreaban). Otra vez empecé a pasar a la gente, uno, dos, tres, cuatro, todos, muy probablemente, me doblaban la edad, pero los pasé. Que nadie dude de eso.


Km 8
Las piernas no me dolían, el corazón lo sentía a un ritmo adecuado y todo andaba de maravilla. Sin embargo, ocurrió un hecho peculiar, al que no sé si sentirme bien o mal por ello. Me pasó un perrito. Sí, un poodle, al que ni siquiera quise preguntarle su nombre. Cruzó junto a su dueño con mucha elegancia. Este can a las justas me miró. Me adelantó con pana y elegancia.

Km 9
Esto no acaba nunca. Todo me pesaba. Una señora, de base cinco, con todo el respeto que se merece, estaba 'fresh' al lado mío. No quería dejarla escapar. Mientras más me esforzaba por dejarla atrás, ella aceleraba más. Finalmente, la pasé.

Km 10
Tuve que darle toda la vuelta al estadio. Creo que fue un final feliz. Terminé en 57 minutos y 14 segundos. Descansé (hasta que mis piernas dejaron de temblar), estiré y fui a recoger mi medalla. Me voy: a corazón contento, piernas destrozadas.

lunes, 17 de diciembre de 2007

Galeano le habla a Latinoamérica



Está bueno...
Y esto sí es serio...
Unas gotas de conciencia, no hacen daño...
Búscalo, léelo, entiéndelo...

Los gordos

No tengo nada contra ellos.
Es más, lo fui durante los 9 y 10 años (8 meses aproximadamente).
Y prometí no serlo jamás.
Pero igual, no tengo nada contra ellos. Es más, me caen bien.
Siempre son buena gente.
Siempre ríen. Siempre positivos.
No les queda otra.

¿Por qué hablar sobre ellos?
Últimamente he visto a muchos.

Salgo a caminar por el malecón. Y veo a un gordo corriendo y sufriendo (pinta de diplomático, conjunto deportivo polo Nike drit fit, totalmente elegante, quemando grasas). Detrás, otro gordo (camisa afuera, mangas dobladas, pantalón de drill, gafas D&G y pelada pronunciada por la nuca, como fraile). Este último, comiéndose todas las grasas que puede extraerle a ese inocente "Sin Parar". El pobre helado se ganó con una lamida llena de emociones.
Ellos no me caen mal.

¿Qué gordos no me caen bien?
El oloroso. No es por nada, pero un buen desodorante, limón, leche de magnesia o hasta la condensada (la que viene en oferta) es mejor que dejar escapar los refinados olores de su delicada piel. Los gordos y los peludos (felizmente soy lampiño) tienen que tener mayor cuidado que los demás. Son una bomba de tiempo, en cualquier momento estallan. Es solo una recomendación ahora que comienza el verano.

El clásico pendejo. El que le pega a todos en el colegio. Al que, en la universidad, todas las chicas se le acercan porque es bonachón y saben que es mantequilla (o manteca). ¿Lo envidiaste en algún momento? ¿Pero sabes por qué es tan buena gente? ¿Sabes por qué siempre anda rodeado de personas? Porque la tiene chiquita. No aguanta mayor soledad que esa. Es comprensible. Esa es la respuesta de todo su comportamiento. Pequeña la tiene el joven. Dicen que la naturaleza es sabia, lo que te da por un lado, te lo quita en el otro. A ti te tocó así. Piña.

Los fortachones. Esos gordos con uniforme V.I.P. o 911 o lo que sea. Lo único que les resalta son las tetas. Sí pues, tetudos son. No te dejan entrar a ningún lado. Solo mujeres, dicen. Ellos piensan que son importantes porque vienen doce lindas chicas, los saludan y les guiñan el ojo. Adeeeeentro. No saben que después ellas se desinfectan la retina. Dejad a todos entrar. Es un pedido. Y no me cobres pues. Yo tengo mi blog. Te lo cambio por publicidad. ¿O unas fotitos? Di que sí....

Los pacifistas. ¿Nunca te has peleado? Yo tampoco. ¿Pero a cuántos has separado? Desde sexto grado lo haces, cuando notaste que tu panza iba creciendo más rápido que la de los demás. Deja que hagan lo que quieran. Eres como Bush, se mete en donde no le importa. Solo estás ahí para controlar la situación y siempre dar a entender, a todos y a todas, que mandas ahí. Quieres que las chicas te vean y te adoren. Actualízate, ya llegó Speedy. Ya nos dimos cuenta que los gordos tienen sus puntos débiles (y pequeños). Así que ya no jodas y cómete otra pizza (pido disculpas públicas por las tonterías y estupideces que puedan escribir estos dedos. En serio, no es de corazón).

No te comas mi comida. Estoy en una clásica reunión. El gordo está al lado de la mesa de los sanguchitos. Noté sus amagues por cogerlos. Sorteó una vez a los panes con pollo. Otra a los triples clásicos. Y como los gordos no tienen cintura, fueron quebrados rápidamente en el intento de tercera gambeta. Cayó. (Algo light) Los capresse pagaron pato. Y de ahí, barrió con todos. Ni las orejitas de chancho, ni por ser casi parientes, se salvaron. Pasaron seditas junto con el tercer vaso de vodka con Tampico. Yo me moría de hambre. No pude con él. Se acabaron todos. Todos en el fondo de esa vasija. A la próxima déjame alguito pues (aunque espero no verte más).

¿Por qué en todo grupo hay un gordo?
Hagan la prueba. Vayan a un café, un bar o un restaurante y siempre están los gordos. Desde el colegio, la universidad, academia, todo grupo social tiene a su gordo. ¿Por qué no hay un chino? ¿Por qué son racistas? Sé que somos más inteligentes, pero un poco de tolerancia ah (sigo hablando cojudeces).

Si llegaste a terminar de leerlo todo, te lo agradeceré por siempre. Si no lo hiciste, no podré hacerlo porque no estás leyendo. Así que termínalo pues. A pesar de que sean cojudeces.

Primer día

Mi primer blog lo tuve en un educativo y motivador curso universitario.
Como pasa con la mayoría de las cosas, en momento de frenesí, con ese blog, llegaron dos más.
No sé sus nombres. Me olvidé de ellos a la semana. Tan solo les di el apellido (y por error). No les di de comer. Si están vivos será por blogger o uno de esos que se le parece. Si están muertos, no me preocupa. No me gustó esa responsabilidad.
Sin embargo, hoy lunes 17, a las...

(no sé qué hora es porque mi celular está muy lejos. El reloj de mi computadora está malogrado. Mi reloj de pared se quedó sin pilas y no encuentro mi reloj llamado de pulsera... parece gracioso, pero así estoy, sin llevar el tiempo, como este blog, perdido en medio de todo y de nada)

... en medio de mis ansias por todo, decidí estar a la moda y crearme uno más. Uno que no conozca a sus hermanos, ni se los encuentre en algún monitor. Espero lograrlo. Si no, que tenga la misma suerte que ellos.

Tan solo escribo...
No pregunten por qué...
Ni yo lo sé...
Y es probable que nunca lo sepa...

No sé que hago con un blog.

Cuarta prueba.