lunes, 17 de diciembre de 2007

Los gordos

No tengo nada contra ellos.
Es más, lo fui durante los 9 y 10 años (8 meses aproximadamente).
Y prometí no serlo jamás.
Pero igual, no tengo nada contra ellos. Es más, me caen bien.
Siempre son buena gente.
Siempre ríen. Siempre positivos.
No les queda otra.

¿Por qué hablar sobre ellos?
Últimamente he visto a muchos.

Salgo a caminar por el malecón. Y veo a un gordo corriendo y sufriendo (pinta de diplomático, conjunto deportivo polo Nike drit fit, totalmente elegante, quemando grasas). Detrás, otro gordo (camisa afuera, mangas dobladas, pantalón de drill, gafas D&G y pelada pronunciada por la nuca, como fraile). Este último, comiéndose todas las grasas que puede extraerle a ese inocente "Sin Parar". El pobre helado se ganó con una lamida llena de emociones.
Ellos no me caen mal.

¿Qué gordos no me caen bien?
El oloroso. No es por nada, pero un buen desodorante, limón, leche de magnesia o hasta la condensada (la que viene en oferta) es mejor que dejar escapar los refinados olores de su delicada piel. Los gordos y los peludos (felizmente soy lampiño) tienen que tener mayor cuidado que los demás. Son una bomba de tiempo, en cualquier momento estallan. Es solo una recomendación ahora que comienza el verano.

El clásico pendejo. El que le pega a todos en el colegio. Al que, en la universidad, todas las chicas se le acercan porque es bonachón y saben que es mantequilla (o manteca). ¿Lo envidiaste en algún momento? ¿Pero sabes por qué es tan buena gente? ¿Sabes por qué siempre anda rodeado de personas? Porque la tiene chiquita. No aguanta mayor soledad que esa. Es comprensible. Esa es la respuesta de todo su comportamiento. Pequeña la tiene el joven. Dicen que la naturaleza es sabia, lo que te da por un lado, te lo quita en el otro. A ti te tocó así. Piña.

Los fortachones. Esos gordos con uniforme V.I.P. o 911 o lo que sea. Lo único que les resalta son las tetas. Sí pues, tetudos son. No te dejan entrar a ningún lado. Solo mujeres, dicen. Ellos piensan que son importantes porque vienen doce lindas chicas, los saludan y les guiñan el ojo. Adeeeeentro. No saben que después ellas se desinfectan la retina. Dejad a todos entrar. Es un pedido. Y no me cobres pues. Yo tengo mi blog. Te lo cambio por publicidad. ¿O unas fotitos? Di que sí....

Los pacifistas. ¿Nunca te has peleado? Yo tampoco. ¿Pero a cuántos has separado? Desde sexto grado lo haces, cuando notaste que tu panza iba creciendo más rápido que la de los demás. Deja que hagan lo que quieran. Eres como Bush, se mete en donde no le importa. Solo estás ahí para controlar la situación y siempre dar a entender, a todos y a todas, que mandas ahí. Quieres que las chicas te vean y te adoren. Actualízate, ya llegó Speedy. Ya nos dimos cuenta que los gordos tienen sus puntos débiles (y pequeños). Así que ya no jodas y cómete otra pizza (pido disculpas públicas por las tonterías y estupideces que puedan escribir estos dedos. En serio, no es de corazón).

No te comas mi comida. Estoy en una clásica reunión. El gordo está al lado de la mesa de los sanguchitos. Noté sus amagues por cogerlos. Sorteó una vez a los panes con pollo. Otra a los triples clásicos. Y como los gordos no tienen cintura, fueron quebrados rápidamente en el intento de tercera gambeta. Cayó. (Algo light) Los capresse pagaron pato. Y de ahí, barrió con todos. Ni las orejitas de chancho, ni por ser casi parientes, se salvaron. Pasaron seditas junto con el tercer vaso de vodka con Tampico. Yo me moría de hambre. No pude con él. Se acabaron todos. Todos en el fondo de esa vasija. A la próxima déjame alguito pues (aunque espero no verte más).

¿Por qué en todo grupo hay un gordo?
Hagan la prueba. Vayan a un café, un bar o un restaurante y siempre están los gordos. Desde el colegio, la universidad, academia, todo grupo social tiene a su gordo. ¿Por qué no hay un chino? ¿Por qué son racistas? Sé que somos más inteligentes, pero un poco de tolerancia ah (sigo hablando cojudeces).

Si llegaste a terminar de leerlo todo, te lo agradeceré por siempre. Si no lo hiciste, no podré hacerlo porque no estás leyendo. Así que termínalo pues. A pesar de que sean cojudeces.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que eso sea cierto no quiere decir que compruebes que un gordo sea infeliz.

No crees más bien que el típico gordo al que tanto alarde haces sigue en esas condiciones no es más que mera alevosía? Es decir, se siente confiado de ser aceptado por sus "tristes" condiciones físicas, sin embargo ahí está.

El problema es que el gordo esté de determinado calibre y TENGA que sentirse MAL por ello. El problema es que la sociedad le haga creer que las decisiones que está tomando son las erroneas cuando el único responsable es él.

¿Cómo es que un gordo si le gritan "pinche marrano asqueroso" tendría que ofenderse si él por convicción a decido estar así?

No será más bien victima de un estupido acuerdo en el que si aplicas la lógica no tendría pq sentirse mal?

Saludos,